domingo, 18 de mayo de 2008

quince

Debimos cerrar todas las puertas, como si tuviéramos algo que perder, aunque nadie en este mounstrouniversidad de concentración sepa donde se escondieron los fantasmas.
Lo sabes/ los buscas/ se tensan tus muslos/entonces/ yo/ yo también lo se.

Estas y desde aquí, el suelo, es decir entre tus piernas a ningún metro sobre el nivel del mar, hay una tormenta castaña amarrada con un colet. hoy solo nos alcanzó para desayunar un cigarro y un poco de frió. Lo enciendes, trato de hablar del destino y miras al infinito y dejamos de ser importates, dices algo como : " sabes, lima es un desierto pero nadie quiere darse cuenta..." y en verdad no hay nadie en este planeta que te entienda.
contadores