jueves, 1 de mayo de 2008

Siete

¿Nunca has escuchado un fluorescente estallar? los perros de la calle sí y ellos saben de qué hablo. Claro que lo saben. Ellos me enseñaron los pedazos de las estrellas. En la calle Dormir es, cerrar los ojos y esperar. Los ángeles le aúllan al cielo, pariendo pesadillas.

-Ella te quitara las balas de las manos.

-NO, jamás!!

Me dilato y apunto a todas las oscuridades, "La pistola de Dios" el murmullo da vueltas la habitación. Sudo y mis oídos quieren vomitar, me acorralan en mi mismo. Ellos han vuelto por mi.

- Ella te quitara las balas, te las llenará de poesías que le harás.

- Nooooo!-

Mil millones de maleficios, en lenguas que nadie conocerá, brotaron de mis labios de dientes cerrados. Algunos morían aullando. Yo saltaba y me atrincheraba entre sus cadáveres. Alienado rogándole a alguien prendiera la luz. Y en instantes de coraje salgo a quemarropa contra el mundo. Debo volver mis huesos a su sitio golpiar mis talones 3 veces, cerrar los ojos y esperar.

1 comentario:

Carlos dijo...

Los ángeles le aúllan al cielo, pariendo pesadillas. --->nice too!

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